Voy a empezar este post diciéndote una cosa muy obvia: no somos piedras.
Vaya novedad te estoy contando, ¿verdad? Pues no te creas, es importante decirlo bien alto: no somos pedruscos, sino personas. Tenemos emociones y sentimientos. Las cosas que pasan nos duelen, nos preocupan, nos emocionan, nos hacen reír…
Somos así.
¿Y para qué te cuento esto? ¿No estamos en un canal de empresa? Sí, pero es que tanto en la vida como en la empresa (que es parte de tu vida), la gestión de las emociones es algo fundamental.
Porque vivimos rodeados de emociones:
¿Te sale mal un negocio en el que habías trabajado muchísimo? Sientes frustración.
¿Un cliente que le encanta lo que haces? Te sientes genial.
¿Te cambian los planes en el último momento? Te desorientas.
¿Se te acaba el plazo para entregar un trabajo? Pánico.
Alegría, confianza, desmotivación, inseguridad, miedos… ¿Sigo? ¿O ya vas viendo lo importante que es tener controladas las emociones para ser mejor empresario?
Por eso necesitas desarrollar habilidades que te permitan mejorar la gestión de las emociones. Y justo de eso trata la inteligencia emocional.
En el post de hoy hablamos de por qué te interesa trabajar la inteligencia emocional para ser mejor empresario.
Cuántas veces te has arrepentido por no controlar un arrebato momentáneo con un compañero o porque no has sabido conectar con lo que te plantea un cliente, o te has quedado fuera de combate porque te han echado atrás un proyecto…
Todas esas cosas pasan, por eso la inteligencia emocional es tan importante para que tu reacción sea siempre la más adecuada.
El término inteligencia emocional empezó a utilizarse en los años 80 del siglo XX, aunque fue una década más tarde cuando se empezó a prestar atención de verdad. En esa época se publicaron varios estudios, como el de Daniel Goleman.
Goleman no fue el primero en hablar de este concepto, pero quizá es el que más ha hecho por divulgarlo, ya que publicó un libro superventas que se titula precisamente así: Inteligencia emocional.
Lo rompedor de este libro es que tiraba por tierra la creencia de que los “más capacitados” y los “más inteligentes” eran los que tenían un Cociente Intelectual más alto.
O sea, que el mundo era de los más listos. Y la medida de eso se basaba en capacidades lógicas y de razonamiento.
Pero Goleman nos explicó que hay que ir más allá. Él puso sobre la mesa otro factor a tener en cuenta, uno que influía en la capacidad de las personas para entenderse a sí mismas, entender el mundo y adaptarse a él. Y eso es la inteligencia emocional.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Dicho de una manera muy simple, es la capacidad de una persona de gestionar sus emociones, interpretar las emociones de los demás y manejarlas de manera consciente para resolver con éxito todo tipo de situaciones.
Y como ya sabes, en la empresa hay todos los días un montón de circunstancias que resolver.
Normalmente el día a día nos provoca emociones que manejamos sin ningún problema pero… a veces no tanto.
¿Qué pasa cuando estás sometido a un estrés excesivo durante un tiempo prolongado? ¿Eres capaz de controlar tus “prontos”? Y ese colega que no soportas y que te rompe los nervios, ¿qué? ¿Te concentras en tu trabajo cuando tienes un problema personal que no te lo puedes quitar de la cabeza?
Por eso, mejorar la inteligencia emocional (porque si no te lo he dicho te lo digo ahora: se puede mejorar) te da mucha ventaja frente a quienes no saben gestionar sus emociones o sus actitudes cuando una situación los supera.
¿Por qué te interesa trabajar la inteligencia emocional?
Voy a contarte algunos beneficios de la inteligencia emocional, y te aseguro que los quieres todos:
- Mejora el liderazgo
La inteligencia emocional es una de las primeras herramientas que debe manejar un líder.
Antes se tenía la idea del jefe autoritario. Alguien que estaba muy por encima de los demás, a quien había que tratar con reverencia y la gente casi ni se atrevía a saludarlo por los pasillos.
Esto es un concepto muy antiguo. Un buen líder no es una persona que da órdenes para que los demás obedezcan. Al contrario: es alguien con un nivel muy alto de empatía, a quien las personas siguen porque inspira confianza.
También es una persona capaz de mantener el control cuando la situación se pone complicada. Y genera seguridad y serenidad en los demás.
Para ayudarte a trabajar esta parte, te invito a una formación online gratuita donde te explico cómo garantizar la supervivencia de tu negocio en 3 pasos.
Porque tener inteligencia emocional implica también prever determinadas situaciones, y estar preparado para cuando las circunstancias cambian y se complican.
En esta formación te ayudo a definir claramente tu misión y tu visión como líder de tu negocio, cómo planificar incluso en entornos de crisis, y cómo plantear un sistema de marketing que tú puedas controlar, sin depender de factores externos.
Como te digo, es gratis, puedes apuntarte haciendo clic aquí y te doy acceso enseguida.
Volviendo al liderazgo y la inteligencia emocional: ser líder implica preocuparse por las personas y cuidar de ellas. Los intereses, el bienestar y la felicidad son conceptos que importan. Porque si tus empleados se sienten a gusto, cuidarán de tu empresa.
Y por supuesto, un líder es alguien con buenas habilidades sociales, capaz de provocar un auténtico interés en las personas. Es alguien con carisma, que te atrae y te gustaría tener cerca porque crees que tiene mucho que enseñarte.
¿No te gustaría ser esa persona?
Pues espera, que la inteligencia emocional tiene más beneficios.
- Mejora la comunicación
¿Cuántas veces has estado hablando con una persona y tienes la sensación de que, o no te escucha, o le importa un pimiento lo que le estás contando?
La inteligencia emocional mejora la forma de interactuar con los demás en muchos sentidos.
Por un lado, tu capacidad de escucha aumenta muchísimo. Comprendes mejor a la otra persona y empatizas con ella. Eso genera un vínculo muy potente. Desde luego mucho mayor que cuando tu interlocutor nota que, haga lo que haga, no tenéis conexión.
Tener un buen nivel de comunicación dentro de la empresa es fundamental, tanto para tratar con empleados, como compañeros o socios, o clientes y proveedores.
Hace que la otra persona se sienta cómoda en esta relación, y mejora muchísimo tu capacidad de negociación, por ejemplo, cuando estás trabajando una venta.
Porque al final vender es ayudar a la otra persona a tomar la mejor decisión. Y si tú tienes un buen producto, esa decisión pasa por comprarte a ti, pero es algo que debe llegar de manera natural, dando respuesta a las necesidades del otro.
Vamos con otro punto interesante sobre la inteligencia emocional en la empresa:
- Mejora las relaciones con los demás
Porque al fin y al cabo le dedicas muchas horas al trabajo, y tener una buena relación con los compañeros y empleados se agradece mucho.
Que sea un entorno profesional no quiere decir que no podamos (y debamos) hacer un esfuerzo por tratar bien a todos nuestros compañeros de fatigas. No es imprescindible que nos hagamos amigos íntimos, pero sí que la relación sea agradable, porque no puedes estar con mala cara todo el día.
Además, crear un buen clima en el trabajo favorece la productividad. Todos hacemos nuestras tareas más a gusto en un entorno en el que nos resulta grato estar.
La inteligencia emocional también es clave para la resolución de conflictos. Cuando surge un choque en la empresa, a veces resolverlo es como desactivar una bomba. Hay que manejar muy bien las emociones para identificar el problema, poner de acuerdo a las partes y convencerlas para encontrar juntas la solución.
Y te cuento la última gran ventaja de la inteligencia emocional:
- Mejora tu relación contigo mismo
La inteligencia emocional hace que te comprendas mejor y respetes más tus momentos.
Todos pasamos por muchos estados, incluso en el mismo día. A veces estás cansado, sin más. O tienes el estrés por las nubes y te sientes con la cabeza a punto de estallar. O te notas irascible y aguantas mal a las personas. O… mil cosas.
Por eso es importante que tengas herramientas listas para ayudarte a manejar todas las situaciones.
Y también sirve para no detenerte. ¿Has oído hablar de la resiliencia? Es la capacidad de superar situaciones adversas. Si tu empresa no va bien, incluso si se viene abajo, puedes aprender de tus errores y salir reforzado.
Una persona con inteligencia emocional es resiliente. Entiende que el camino tiene baches y que a veces las cosas no salen bien. Y que el camino al éxito pasa por aprender de tus propios fallos.
Si no lo ves así, te puede pasar lo que a muchos: que te vienes abajo, te hundes y no lo vuelves a intentar más. Y encima te sientes fatal porque te ves como un fracasado.
La inteligencia emocional te ayuda a manejar todas esas emociones, por intensas que sean. Y no solo para que no te desborden, sino para que puedas conocerte mejor y aprender a sacar lo mejor de ti mismo, suceda lo que suceda.
¿Qué te parece? ¿Le estás dando a la inteligencia emocional la importancia que tiene? ¿Estás trabajando en ella para ser un mejor empresario? Cuéntamelo en comentarios.
Hasta el próximo post, muchos éxitos.