Entrevista a Sandra Blázquez y María Fábregas de la ONG Idea Libre
Bienvenidos un día más al blog de Judit Català, donde vuestros sueños empresariales se hacen realidad. Hoy tenemos una entrevista muy especial a Sandra Blázquez y María Fábregas, fundadoras de la ONG Idea Libre
Judit Català: María y Sandra nos van a hablar de su proyecto pero más que nada hemos venido a hablar de determinación, ¿qué es la determinación?
Sandra Blázquez: Yo lo explicaría de una forma gráfica. La determinación para mí es cuando estás delante de un río y sabes que si lo cruzas encontrarás una playa paradisíaca en la que vas a ser feliz al otro lado. Tú estás ahí y no sabes si cruzarlo porque puede haber cocodrilos, piedras o corriente. Para mí la determinación es atreverse a saltar a ese río e intentar cruzar.
María Fábregas: Yo creo que va muy relacionado con los miedos. El atreverse a superarlos e ir a por lo que queremos, con impulso.
JC: María y Sandra son un ejemplo de determinación. ¿Nos podéis explicar cómo descubristeis que queríais montar una ONG?
SB: Justo hace 6 años queríamos hacer un viaje diferente, así que nos fuimos a Marruecos. Estuvimos viviendo con unos marroquíes en una casa y por las mañanas íbamos a visitar una especie de escuela en la que asistían 40 niños y una mujer, sin titulación de profesora ni nada por el estilo, los entretenía mientras los padres trabajaban. Una mañana, uno de los niños nos dijo si queríamos visitar un orfanato. Yo al principio dije que no, porque sabía que me iba a dar mucha pena, pero María insistió y acabamos yendo.
Siempre me acordaré de que al entrar, a mano izquierda, nos encontramos a un niño de 3 años llamado Ryan que apenas sabía andar ni hablar porque no lo sacaban mucho de la cuna. Me sorprendió lo triste que parecía, así que me quedé con él sujetándolo, cantándole y demás pero no conseguí que riera. Volvimos al orfanato durante el resto de días que estuvimos ahí y el último día antes de marcharnos se acercaron todos los niños y nos llamaron “Mamá”.
Al volver a España pensamos que no era justo que esos niños tuvieran siempre la sensación de abandono por parte de todos los que pasaban por el orfanato y les cogían cariño. Entonces surgió la idea de crear una ONG propia para asegurarnos de que el dinero les iba a llegar a los niños. En Idea Libre lo que queríamos desde el principio era basarnos en la educación, porque es la base de ser libres y pensar por nosotros mismos.
Una vez que tuvimos la ONG montada y el proyecto listo volvimos a Marruecos y tratamos de hablar con el dueño del orfanato para usar una sala libre y dar clases y demás allí. El dueño rechazó la oferta y entonces descubrimos que se estaba lucrando con las donaciones que daban los visitantes y no estaba interesado en mejorar las condiciones de esos niños por miedo a que la gente dejara de dar dinero.
Entonces fuimos al lugar en el que unos 40 niños iban cada mañana y allí sí nos aceptaron. Cogimos una furgoneta en Madrid y la llenamos de sillas, materiales escolares y demás y nos recorrimos 1.400 km hasta llegar allí. Alquilamos una casa con 3 habitaciones y cada una de ellas la convertimos en una clase. A día de hoy funciona, hay un cole, y fue nuestro primer paso, nuestra primera determinación.
JC: ¿Cuánto tiempo estuvisteis viviendo en Marruecos?
MF: Fuimos y vinimos varias veces a Marruecos y además de montar escuela también reconstruimos otra en el norte del país, porque tenía agujeros, no tenía ventanas y demás. Viviendo allí estuvimos un año aproximadamente.
JC: ¿A día de hoy estos proyectos siguen funcionando?
SB: Sí, la escuela la llevan unos chicos marroquíes y la que reconstruimos es del gobierno, así que ya la gestionan desde ahí.
JC: Cuando terminó el proyecto en Marruecos, ¿qué sucedió?
MF: En ese momento, cuando estábamos buscando financiación, hicimos un evento en Madrid y Sandra explicó lo que hacíamos y demás. Un chico llamado Dani se acercó a ella y le dijo “Muy bien esto que cuentas, porque es verdad que hay mucha necesidad en Marruecos, pero he estado en Etiopía y allí es todavía peor, hay mucha más necesidad”. Entonces Sandra, que es una chica de acción, le dijo que íbamos para Etiopía y a los pocos meses allí estábamos.
Aun así, tuvimos mala suerte porque al llegar, mientras esperábamos para realizar una escala con otro vuelo, vi que tenía muchas llamadas de mi padre. Resulta que mi abuelo había fallecido, por lo que ambas nos volvimos a España para estar con la familia. Dani, que es una persona con unos valores algo diferentes, no lo entendió y se enfadó con nosotras. Por suerte, ya le había hablado a un hombre etíope llamado Matheews sobre nosotras y fue quién nos escribió una serie de mensajes pidiéndonos que por favor fuéramos para Kenia, que hay muchos niños en estado de necesidad. Yo soy muy fácil de convencer, así que a las tres semanas de recibir ese mensaje y hablarlo con Sandra ya estábamos rumbo a Kenia.
JC: ¿Qué visteis cuando llegasteis a Kenia?
SB: Matheew nos enseñó su proyecto, porque él trabajaba en una congregación de misioneros. Trabajaba en una escuela en la que estudiaban 300 niños. El edificio era de madera, con el tejado de chapa y lo que querían era hacer una escuela nueva, de ladrillo y con mejores condiciones. Para ello necesitaban nuestra ayuda mediante financiación.
Además, una mañana nos invitó a acompañarlo a una aldea cercana (Chumvi) a la que debía acudir a llevar sacos de harina. Fuimos con él y al llegar con el coche se nos acercaron muchos niños semidesnudos, malnutridos y demás. Le pregunté a Matheew si esos niños iban a la escuela y se rio de mí, porque evidentemente apenas tenían ni para comer. Allí supimos que debía estar nuestro foco, en conseguir proporcionarles una educación a esos niños.
Lo que hicimos fue comprar dos pizarras, contratar a dos profesoras y dividir a los niños en dos grupos para darles clases durante un año. Fue un experimento para ver si podía funcionar y los niños cambiaban la perspectiva de trabajar con la de ir a estudiar. Durante ese año no faltó ni un solo niño y vinieron muchos más de los 80 que planificamos en un inicio. Esto nos motivó y empezamos a construir: hicimos las 2 primeras clases, un pozo y una cocina.
JC: ¿Durante este tiempo cuál era vuestra actividad con tal de manteneros? (Ya que el dinero va destinado a la ONG)
MF: Yo soy educadora infantil y estaba trabajando cuando empezamos el proyecto. Es un trabajo que me apasiona y en un inicio lo podía compaginar con las labores de la ONG pero finalmente crecimos demasiado y las necesidades que nos encontrábamos cada vez eran mayores. Teníamos un compromiso con esas familias y el volumen de trabajo era muy grande, así que decidí cambiar. Estudié Marketing digital y diseño web y me monté mi propio proyecto para seguir trabajando cuando estuviera en Kenia, a distancia.
SB: En mi caso soy actriz y justo en el momento en que nos íbamos a Kenia había terminado de rodar una serie para Antena 3. Desde aquel momento estoy sopesando ambas ocupaciones y generalmente prefiero dedicar más tiempo a la ONG. Si me llama mi representante y me sale algo que me cuadra voy con ello, pero ya he tenido que rechazar más de uno por no cuadrarme.
En cuanto a qué hago para sobrevivir, pues un poco de todo. He dado clases de interpretación, he estado de campamento, he trabajado en el bar de mis padres, etc. Al final es lo que me deje tiempo para dedicarme a lo que realmente me gusta.
MF: Es lo que estábamos hablando, sobre la determinación. Sobre todo si eres emprendedora hay etapas en las que nos cuesta salir adelante y apenas tenemos dinero para pagar el alquiler a pesar de estar trabajando 14 horas al día. Si tienes tu objetivo y sabes lo que quieres, eso toma impulso solo.
JC: Yo he estado allí, en Kenia, con ellas y se nota que los niños las quieren mucho. Sobre todo los mayores, que han vivido el cambio y la construcción de la escuela, saben apreciar todo lo que María y Sandra les han dado. También pasa con los padres, porque ambas han ayudado a mejorar sus vidas. ¿Podéis explicar qué actividades hacéis para los adultos?
MF: Montamos un taller de alfabetización para las madres, ya que la tasa de analfabetización era casi del 99%, y al final se apuntaron también bastantes hombres. Por otro lado, ahora estamos con un nuevo proyecto llamado “El Proyecto Familia” en el que queremos ayudar a algunas familias que están en una situación muy extrema a construir o reconstruir sus casas. Ya hemos construido la primera, la casa de Pamela.
JC: ¿Podéis explicar un poco la historia de Pamela? Porque se trata de una historia bonita
SB: Claro. En el primer viaje al que fuimos nos enamoramos de un niño en concreto que se llama Iyoya. Se trata de un niño muy especial y al conocerlo preguntamos a su profesora acerca de su familia. Nos contó que sus padres habían fallecido de Sida, por lo que el niño vivía solo con su tía y sus 9 primos.
MF: Estuvimos así 3 años hasta que en julio llegamos y nos dijeron que la mamá de Iyoya estaba en Chumvi. Nos quedamos flipando y la fuimos a visitar nada más llegar. Lo que vimos se nos quedó clavado, ya que allí estaba Pamela con 27 años y completamente desnutrida. A su lado estaba Iyoya sentado, sin separarse de ella.
Cuando descubrimos su historia supimos que tuvo que huir del poblado porque el marido la quería matar. Desde entonces nos pusimos el reto de ayudarla y le dijimos que si conseguía llegar a los 40kg la conseguiríamos un trabajo y le construiríamos una casa para ella y sus niños. Ahora está mucho mejor, se toma sus pastillas para el Sida y va a empezar a trabajar en enero por las mañanas limpiando en la escuela, algo que la ayudará mucho para tener su propio sueldo y distraerse.
JC: Hay otra historia de Pamela, que yo descubrí cuando estuve hace unos meses, Pamela tiene otro hijo…
MF: Sí, Zhulu, su hijo mayor
SB: Un niño de 10 añitos que vive en un orfanato. Fuimos con Pamela a conocerlo y os aseguro que se trata de una de las cosas más brutas que he vivido en los 6 años que llevo con la ONG. Al ver a su madre se quedó con la expresión de haber visto un fantasma, porque él también pensaba que había muerto. Al ver a su hijo lo primero que dijo Pamela fue que nos saludara a María y a mí, en lugar de abrazar a su hijo. Por eso decimos lo de que a veces les cuesta mostrar afecto. Ahora estamos intentando sacar a Zhulu del orfanato y que se vaya a vivir con Pamela, pero primero se tienen que asegurar de que disponen de las condiciones necesarias para llevárselo con ella. Al tener casa propia, ya hay más posibilidades de que pueda.
JC: La casa, aun así, es muy pequeña y no tiene nada pero nada que ver con lo que aquí en España llamamos vivir mal.
MF: Claro, yo siempre digo que en Chumvi no se vive, sino que se sobrevive. O al menos era así hace un tiempo, ya que ahora las cosas están cambiando y nuestros niños están siendo educados y tienen otras esperanzas.
SB: Aquí entra otro concepto importante y es el de la esperanza, que va muy ligada a la determinación. Estos niños han podido abrir sus mentes y ahora ya tienen una razón por la que estudiar. Además, aprendieron mucho en el viaje que hicimos a Nairobi, la capital, y descubrieron muchas cosas tan cotidianas para nosotros como lo son las estatuas, el uso de una ducha, encender y apagar la luz, etc.
JC: Es muy fuerte que algo que para nosotros es súper normal, para ellos sea tan espectacular (…) Y bueno, por otro lado, volviendo a esa determinación, tal vez la gente que nos lea piense que os ha salido todo rodado y tras tener los socios os pusisteis a construir y demás, pero parece que no siempre ha sido así.
SB: Efectivamente, al final tienes que aprender a auto-motivarte también. No es lanzar la bola y que ya ruede, sino que cada día hay que empujar para que siga girando. Cada día es un reto. No es fácil conseguir socios ni crear un evento.
MF: Sí, además a veces pasa que por mucho que te prepares lo necesario es lanzarte y tirar adelante.
JC: Pasa como en el caso de los emprendedores que nos están leyendo, los cuales también deben enfrentarse a momentos complicados y a retos diarios con tal de cumplir sus sueños.
SB: Sí, y algo que ocurre es que la gente se queda tan solo con el éxito que has cosechado y lo que quieren imitar es ese éxito, pero no tienen en cuenta todo lo que ha costado llegar hasta allí.
Por otro lado, uno de los retos más complicados que hemos aprendido es a decir que no. Nos pasó que en la noche de reyes teníamos comida calculada para 80 niños y al repartirla se colaron 15 niños. Tuvimos que sacarlos de allí y decirles que no, porque no había para todos. Pensé que precisamente esa noche, dónde muchos árboles estaban llenos de regalos que no necesitamos, ese niño no tenía ni siquiera algo para comer.
MF: Tienes que pensar en las consecuencias y en un largo plazo. Si ese día le damos de comer, al día siguiente aparecen 15 niños, al otro 30 y al poco no hay colegio ni hay nada.
JC: Estaba pensando que volveremos a hacer un Desayuno Empresarial Solidario al que podréis acudir todos los que estéis leyendo esto. Yo os doy una Masterclass sobre Productividad, hacemos Networking y tan solo debéis aportar una donación para acceder a todo ello. Podéis acceder aquí a la página para dejar vuestros datos y que os avisemos cuando vayamos a hacer otro desayuno solidario.
De hecho, ¿cómo pueden colaborar con vosotras?
MF: Nosotras tenemos una página web: somosidealibre.org y lo que más nos ayuda son los socios, que pueden colaborar desde 9€ y gracias a ello podemos sacar adelante todos los proyectos. Además, también tenemos donaciones puntuales y retos. Un ejemplo es el último que teníamos, el “reto de los uniformes” o el “reto de los regalos de Navidad”.
SB: Mira, para que te hagas una idea, porque a mí me gusta que se sepa todo, ahora mismo tenemos, en cuotas, unos 4.850€ mensuales. En enero vamos a escolarizar a 25 niños más, contratar a 3 profesores más y a Pamela. Esto nos supone unos 8.000€ al mes. Entonces necesitamos crecer en socios para dormir tranquilas, ya que a estas cuotas se acaba llegando mediante eventos, donaciones extra y demás pero nunca sabes si vas a llegar al mes que viene.
JC: Puede ser una gran acción para estas Navidades, el contribuir con Idea Libre, ya que con una sola cuota un niño prácticamente puede comer durante 1 mes. Os dejamos la página enlazada para que podáis consultarla y comprobar que todo el dinero recibido va directamente a los proyectos para los niños.
¿Queréis decir una frase final acerca de la determinación para nuestros lectores?
SB: Nosotras tenemos un slogan que es: “Si no haces nada, no cambia nada”. Al final consiste en no esperar a estar seguro porque nunca lo vas a estar.
MF: Si quieres donar: dona y si quieres emprender: emprende. Es mejor arrepentirte de haberlo hecho de arrepentirte de no haber hecho nada.