10 hábitos para vivir con abundancia

abundancia en tu vida

Si te preguntan qué prefieres, una vida de abundancia o una vida pobre, tenemos claro lo que hay que responder ¿verdad?

Nadie quiere una vida pobre. Lógico.

Pero deja que te diga una cosa: en mi experiencia trabajando con personas que quieren prosperar en su negocio me he dado cuenta de una cosa.

A veces, no saben muy bien qué es la abundancia. “Mucho dinero”, dicen.

Y sí, dinero es lo que todos queremos. Pero si tienes mucho dinero pero vives megaestresado, no te tomas unos días de vacaciones al año, no ves a tus hijos despiertos, no te da tiempo a ir a un gimnasio o ver a tus amigos…

Eso no es abundancia. A lo mejor tienes mucho dinero pero tu vida es muy pobre.

Una vida abundante no depende solo del dinero. Depende de si estás siendo o no fiel a tu propósito. Implica libertad, experiencias nuevas, capacidad de decidir qué quieres hacer.

Es más, te diría que el dinero suele venir después, cuando uno tiene muy claro cómo quiere vivir su vida.

Hoy te explico los 10 hábitos que yo considero imprescindibles para vivir con abundancia

Si trabajas en estos cambios que te voy a proponer, tu vida empezará a orientarse y la abundancia vendrá como consecuencia. ¿Vemos cuáles son?

  1. Da las gracias

No te fijes solo en lo que no tienes; fíjate también en lo que tienes, que es mucho. Sé agradecido.

Porque si te centras solo en lo que te falta o lo que te gustaría tener, vas a vivir con la sensación permanente de que te falta algo. 

Y créeme, va a dar igual que tengas tu cuenta llena de millones, porque vas a vivir a medias, siempre pendiente de más, más y más. Cuando entras en esa espiral, nada te resulta suficiente.

Celebra tus logros por pequeños que sean, son un paso hacia otros más grandes.

Otro consejo para vivir con abundancia:

  1. Sé tú mismo

Que te dé igual el qué dirán, tienes que ser auténtico. No caigas en la trampa de crearte un un papel a medida para quedar siempre bien con los demás. 

Esto pasa mucho en redes sociales, ya lo sabemos, pero hay gente que se mete en un papel autoimpuesto y luego le cuesta salir de ahí. Nunca, nunca, serás feliz si vives con una máscara puesta todo el día.

Y cuida mucho tu autoestima. No envidies a otros, ni te compares, porque eso es asegurarse una vida de sufrimiento. Admíralos y aprende de ellos.

Tercer hábito que debes trabajar:

  1. Invierte mucho y gasta poco

Si vives preocupado por el qué dirán, al final acabas gastando mucho más de lo necesario. 

Querrás que te vean con la mejor ropa y con el coche más lujoso… El mundo al revés, porque al final los millonarios auténticos son los que gastan poco e invierten mucho, mientras que muchas veces el que más gasta es el que menos tiene.

Mira, justo de eso hablé hace poco en el resumen del libro El millonario de la puerta de al lado, que puedes ver pinchando aquí. De cómo la gente que tiene más dinero suele ser la que lleva un estilo de vida más discreto. 

¿Por qué? Porque cuanto más necesitas, menos dinero tienes para invertir y menos riqueza generas. Revisar de vez en cuando tu lista de necesidades es otro escalón más que te llevará a la abundancia.

El cuarto punto es super importante:

  1. Gestiona tu tiempo

Si hay algo que no puedes reservar o guardar en un banco, eso es el tiempo. 

Es un recurso finito. Si se te escapa un minuto, una hora, un día… no hay forma de recuperarlo. 

Es imprescindible gestionar bien el tiempo que tienes HOY, porque no sabes lo que va a ocurrir mañana. 

Precisamente la productividad es uno de los temas a los que les presto mucha atención en mi canal, porque sé que es algo que preocupa a todos los empresarios y emprendedores. Es muy frustrante llegar al final del día y sentir que no has hecho nada, aunque no sea verdad. Lo que pasa es que a lo mejor no has hecho lo correcto. 

Aquí tienes el post de la semana pasada titulado “cómo gestionar tu tiempo para ser más productivo”

Venga, que estamos casi en la mitad de la lista. Vamos por el punto 

  1. Di no, para decirte sí a ti

¿Tú crees que se puede vivir con abundancia diciendo que sí a todo?

Pues no, ya te lo digo. El deseo de complacer siempre, a todo el mundo, te pidan lo que te pidan, tiene un precio. 

El precio es que al final dejas de pensar en ti. Acabas quedando al final de la lista, y todo lo demás pasa primero.

Decir que no puede ser complicado, porque te da miedo el rechazo o porque te has atado a unas expectativas que a veces te impiden avanzar, aunque parezca un contrasentido. 

Antes de decir sí o no a una propuesta o un proyecto piensa: ¿es esto bueno para mí? No te estoy diciendo que seas egoísta, a veces sí queremos hacer las cosas por los demás aunque no veamos un beneficio claro. 

Pero es importante que pienses de dónde sale tu respuesta. Si es por quedar bien o porque temes la reacción de la otra persona, quizá no estás tomando la decisión adecuada. 

Empieza a entrenarte en el “no” cuando sea necesario, y así podrás trabajar mejor el siguiente hábito de la lista:

  1. Sigue tus pasiones

Cada uno tiene que apostar por su propósito de vida, y eso incluye las cosas que nos apasionan.

¿Qué te apasiona a ti? ¿Tocar la guitarra? ¿El surf? ¿Pasear todos los días con tus perros?

Nunca prescindas de las cosas que realmente te apasionan, porque es lo que te dará calidad de vida. Si las dejas atrás tu vida se empobrecerá muchísimo.

Por eso, veamos el punto número

  1. Potencia tus fortalezas, no tus debilidades

Lo que te va a dar más felicidad es potenciar aquellas cosas que se te dan bien… y dejar de poner el foco en lo que se te da mal. Todos tenemos carencias pero si te centras en las tuyas al final no verás nada más y te convertirás en una persona insegura y negativa. 

Todos somos buenos en algo. Lo inteligente es descubrir qué es y potenciarlo. Otra cosa es ir a contracorriente.

Yo lo hago así. Pongo el foco en lo que de verdad se me da bien y el resto lo delego. Y la verdad es que funciona de maravilla y vivo mucho más feliz.

Así que te recomiendo que hagas lo mismo. ¿Tienes claras cuáles son tus fortalezas? Pues a por ellas.

  1. Supera etapas, perdona y olvida para avanzar

Yo conozco gente que, como una vez tuvo un proyecto de empresa y no funcionó, ya no lo ha vuelto a intentar más. Y además dicen que emprender es una tontería, que no vale la pena jugársela y que es mucho mejor trabajar por cuenta ajena y que sea otro el que corra el riesgo.

A ver, es una opinión respetable. Pero me da la impresión de que esa persona se ha quedado anclada en el pasado. Ha tenido una mala experiencia y eso ya condiciona todo su futuro. 

Tal y como yo lo veo, no importa lo que te haya ocurrido. No eres el único. A todos nos han pasado cosas.

Pero tienes que pasar página.

Perdona a quien no se haya portado bien contigo. Perdónate a ti mismo también, si es que no has hecho algo bien, o quizá podrías haberlo hecho mejor.  Cierra capítulos y avanza.

Así puedes tomar decisiones de forma mucho más libre. 

Precisamente para evitar cometer los mismos errores una y otra vez, hay que prestar atención al siguiente punto:

  1. Aprendizaje continuo

Esto siempre. Toda tu vida. Aprender continuamente mantiene la cabeza despejada y la creatividad viva. Te amplía horizontes y te ayuda a tomar mejores decisiones.

Aprender te hace vivir con abundancia porque siempre te lleva más lejos, tanto en lo espiritual como en lo material. 

Por tanto, mi consejo es que no dejes nunca de aprender cosas nuevas. Y para ayudarte te dejo aquí la página donde te explico en que consta nuestro Máster en Negocios Rentables y si aplicas para poder ser seleccionado y entrar en él. No solo es una formación de 6 meses sino un acompañamiento intensivo para llevar a tu negocio al siguiente nivel. 

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Vamos ya con el último consejo de hoy para vivir con abundancia:

  1. Cárgate tus miedos, orgullo, creencias limitantes.

Vivir desde el miedo o vivir desde el amor son dos caminos que van en direcciones opuestas.

Tú eliges cuál quieres tomar, pero ten en cuenta que la abundancia viene siempre de la mano del amor, y no del miedo.

Y el orgullo, tres cuartos de lo mismo. Si haces (o dejas de hacer) cosas por orgullo, te vas a arrepentir, porque el orgullo no es una motivación que te vaya a hacer feliz.

Y por último, trabaja para identificar tus creencias limitantes. Cada una de ellas es como un saco de piedras que llevas atado a la cintura. Irás mucho más ligero si las vas dejando por el camino.

Hasta aquí el post de hoy. Este ha sido denso, ¿eh? Aquí no hay soluciones mágicas: estos 10 hábitos hay que trabajarlos poco a poco y con constancia. Y deben acompañarte toda la vida, si no los pierdes de vista, te aseguro que estarás caminando en la dirección correcta, la que te va a llevar a una vida de abundancia.

¡Muchos éxitos!